Miriam Méndez  Madrid 12.02.2025 08:57 

Fuente: https://www.ondacero.es/noticias/salud/ultimo-gran-hallazgo-ciencia-asi-como-hacer-deporte-puede-prevenir-demencia_2025021267ac5480417ec20001f6a2b4.html

El último gran hallazgo de la ciencia: así es como hacer deporte puede prevenir la demencia | Pixabay

Un descubrimiento reciente ha puesto sobre la mesa una poderosa herramienta que podría cambiar la forma en que abordamos la salud cerebral y el envejecimiento. Y lo mejor de todo, no se trata de una nueva píldora milagrosa, ni de una tecnología avanzada, sino de algo tan sencillo y accesible como el ejercicio físico.

Investigadores de la Universidad Rutgers-New Brunswick han revelado cómo la actividad física no solo beneficia el cuerpo, sino que también activa mecanismos cerebrales que podrían ser la clave para prevenir enfermedades neurodegenerativas, como la demencia y el Alzheimer. Este hallazgo, publicado en la revista Aging Cell, ofrece una perspectiva revolucionaria sobre cómo mantener la mente saludable a medida que envejecemos. A través de esta investigación, los científicos han descubierto que el ejercicio mejora la respuesta a la insulina en el cerebro, un factor crucial para mantener la función cognitiva a lo largo de los años.

¿Cómo puede el ejercicio mejorar la salud cerebral?

El cerebro humano es un órgano complejo y asombrosamente eficiente, capaz de procesar y almacenar cantidades increíbles de información. Sin embargo, como todo sistema en el cuerpo, también tiene sus vulnerabilidades. Uno de los puntos débiles más relevantes en relación con la salud cerebral es la insulina, una hormona conocida principalmente por su papel en la regulación de los niveles de glucosa en la sangre. Pero, lo que muchos no saben es que la insulina tiene una influencia mucho más profunda en el cerebro de lo que se pensaba anteriormente.

Esta hormona es responsable de permitir que las células utilicen la glucosa, que es su principal fuente de energía. En el cerebro, la insulina es necesaria para el buen funcionamiento de las sinapsis, que son las conexiones entre las neuronas que permiten la transmisión de señales eléctricas. También está involucrada en la formación de recuerdos, el aprendizaje y la velocidad de procesamiento de la información. Sin embargo, cuando las células cerebrales se vuelven menos sensibles a la insulina, lo que se conoce como resistencia a la insulina, el cerebro pierde su capacidad para procesar correctamente la glucosa.

La resistencia a la insulina en el cerebro puede dar lugar a un cúmulo de efectos negativos. Las células cerebrales, al no recibir la cantidad adecuada de energía, comienzan a funcionar de manera deficiente. Esto puede dar lugar a problemas como pérdida de memoria, disminución de la capacidad de concentración, dificultad para aprender nuevas habilidades, y en etapas más avanzadas, un deterioro cognitivo generalizado. Este proceso también afecta la conectividad entre las neuronas, lo que dificulta aún más la comunicación entre las diferentes áreas del cerebro. Como consecuencia, las personas con resistencia a la insulina a menudo experimentan dificultades con sus funciones cognitivas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar demencia y otras afecciones neurodegenerativas, como Alzheimer.

La buena noticia es que el ejercicio físico parece ser una herramienta poderosa para combatir los efectos negativos de la resistencia a la insulina en el cerebro. En los últimos años, una creciente cantidad de investigaciones ha mostrado que el ejercicio puede mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina no solo en el cuerpo, sino también en el cerebro. Esto significa que la actividad física no solo ayuda a reducir el riesgo de diabetes y enfermedades metabólicas, sino que también protege y promueve la salud cerebral.

El estudio de la Universidad Rutgers-New Brunswick, publicado en la revista Aging Cell, proporciona una evidencia clave sobre cómo el deporte activa un mecanismo cerebral esencial relacionado con esta hormona. Tras realizar ejercicio físico, se ha observado que las células cerebrales especializadas en la respuesta a la insulina se activan. Estas células, a su vez, mejoran la sensibilidad del cerebro a la insulina, permitiendo una mejor utilización de la glucosa. Como resultado, el cerebro puede funcionar de manera más eficiente, lo que contribuye a mejorar la memoria, la concentración, el aprendizaje y otras funciones cognitivas.

Estudio experimental: ejercicio y salud cerebral en adultos mayores

El reciente estudio realizado en la Universidad Rutgers-New Brunswick confirma que el ejercicio no solo mejora la salud física, sino que tiene un impacto significativo en la salud cerebral. Durante este estudio, 21 adultos mayores con prediabetes realizaron 12 sesiones de ejercicio de 60 minutos, con una intensidad moderada-alta. Durante el proceso, los investigadores recogieron muestras de sangre para analizar las vesículas extracelulares neuronales, estructuras clave en el transporte de proteínas relacionadas con la sensibilidad a la insulina en el cerebro.

Los resultados del estudio fueron sorprendentes: después de cada sesión de ejercicio, se observó un aumento significativo en el número de vesículas neuronales que transportan proteínas clave relacionadas con la insulina, especialmente una proteína llamada Akt. 

Se trata de una proteína esencial en el proceso de respuesta de las células a la insulina. En términos simples, la Akt actúa como un “interruptor” que permite que las células, en este caso las células cerebrales, utilicen correctamente la insulina. Cuando Akt está activa, las células cerebrales pueden procesar la insulina de manera más eficiente, lo que les ayuda a funcionar correctamente. Esto mejora aspectos fundamentales de nuestra cognición, como la memoria, la concentración y la capacidad de aprender.

El ejercicio como herramienta para la prevención: más allá del estudio

Aunque el estudio reciente ha arrojado luz sobre la relación entre el ejercicio y la salud cerebral, los expertos enfatizan que el ejercicio físico es solo una pieza del rompecabezas en la prevención de la demencia. Mantener un cerebro saludable implica un enfoque integral que también incluye una dieta balanceada, el manejo adecuado del estrés, el sueño reparador y la estimulación mental continua. La interacción entre estos factores crea un entorno óptimo para la salud cerebral a lo largo de los años.

Además, la investigación ha demostrado que el ejercicio físico tiene efectos beneficiosos más allá de la prevención de enfermedades cognitivas. Por ejemplo, se ha vinculado con una mayor neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y formar nuevas conexiones neuronales. Esto puede ayudar a mejorar la resiliencia del cerebro frente a daños o disfunciones.

La Fundación Alzheimer España sigue recomendando la actividad física regular como una de las mejores estrategias para reducir el riesgo de demencia. Si bien cualquier tipo de ejercicio es beneficioso, las actividades aeróbicas, que aumentan el ritmo cardíaco, como caminar, nadar, correr o bailar, parecen tener un impacto particularmente positivo en la función cognitiva.

Para maximizar los beneficios, los expertos sugieren realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana. Sin embargo, un aspecto clave es que incluso pequeñas cantidades de ejercicio, especialmente al abandonar un estilo de vida sedentario, pueden desencadenar mejoras notables en la salud cerebral, ayudando a reducir la probabilidad de desarrollar trastornos cognitivos a largo plazo.

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